martes, 5 de abril de 2011

El Guatemalteco Ególatra y Narcisista

            Rotundamente los guatemaltecos tenemos aires narcisista y ególatras, somos incapaces de ver nuestros propios errores que nos llevan a una sociedad errónea; y es que realmente se muestra nuestro afán de conseguir lo que deseamos a cualquier precio, una muestra de esta peculiar característica es el divorcio de Sandra Torres, la candidatura de la esposa de Arzú, la impunidad de Otto Pérez por los crímenes durante el conflicto armado, todo ellos tratando de conseguir el preciado poder.  Pero no solo ella hace esto, todos lo hacemos constantemente, no es necesario hacer un estudio científico, mucho menos hacer pruebas de laboratorio, solo hay que salir a la esquina de la casa, dar una vuelta en cualquier lugar y veremos lo mismo solo cambian los actores, pero igual de inmoral, de antiético y antihumano.

            Podemos ver como en primer lugar los colegios privados pagan migajas a la mayoría de maestros y catedráticos, a pesar de ser un jugoso negocio; podemos ver como las camionetas se abalanzan ante los conductores y peatones, a pesar que los vehículos menores tiene la vía y los peatones la tienen en los caminos de zebra, claro que los vehículos también hacen lo suyo cuando ven una bicicleta y nuevamente a los peatones; podemos ver como los conductores toman calles en contra de la vía para llegar más rápido a su destino; podemos ver como el magisterio se organiza para hacer una huelga con el único fin de hacer nada por la población educativa ¿porqué no tratan de ser creativos y exigen sus derechos y acuerdos sin romper los derechos educativos de la niñez? (“ni la educación, ni la Salud deberían de entrar en huelga…”, FdMGM, para exigir algo, es vergonzoso que sucedan esas cosas en las instituciones encargadas de velar por nuestra continuidad sociocultural y nuestra salud); podemos ver en cualquier parte del país paradas de buses en el momento que una persona levanta la mano a pesar de estar a dos cuadras la parada verdadera; vemos policías corruptos, personas que corrompen, políticos comerciantes, profesionales que negocian con la vida humana (médicos, psicólogos, ingenieros, etc.,) en fin, una lista interminable de nuestras acciones que rompen con la moral, con lo ético y con lo humano.
            Así somos los guatemaltecos, un conjunto social lleno de enojo y rabia, pero sobre todo lleno de un egocentrismo que pudre cualquier cosa que toca, que solo busca el bienestar personal a costa del rompimiento de la convivencia comunitaria en paz; somos un grupo social narcisista que se vanagloria de sus hazañas de rompimiento de las reglas sociales y que posiblemente no logrará estar bien nunca en su historia hasta que se de cuenta que ese individualismo caníbal y puro lo esta hundiendo en le fondo de la “mierda” social.

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