Tengo una incertidumbre
muy grande desde hace tiempo, E. se va a la escuela, antes estaba a pocos pasos
de mi lugar de trabajo, en 3 minutos podía llegar por cualquier situación, ahí la
podía ver jugar, llorar, hacer berrinche, saludar y despedirse de mí, en fin, cerca
de mí y en sistema que me gustaba, con un personal que conocía como maestras y
como compañeras, el lugar, no soñado, no ideal, pero un lugar seguro en una
Guatemala convulsa. La preocupación
crece cada vez que pienso que el próximo año será el primero en un sistema
educativo real, se va como deberá hacerlo de distintas maneras durante toda mi
vida y su vida (de eso hablaré después).
Sí,
veo el trabajo de las escuelas, la mayoría de ellas tienen un método caduco,
avejentado, aburrido, que si yo fuera niño, lo abandonaría como lo hacen muchos
y también lo odiaría. Es un sistema que
solo quiere fabricar muñequitos de trapo o títeres para que logren hacer lo que
los capataces desean que se hagan, rompiendo la creatividad, la individualidad
y también el tejido colectivo de cooperación, tratando de hacerlos siempre
competitivos contra sus contemporáneos (todo un modelo capitalista carnicero y
mezquino) y no un colectivo que se ayuda para llegar al bienestar general.
Eso
me da miedo. Podría decir que me causa un vacío porque no coincide con mi
filosofía de vida, esa “New Age” de respetar, amar, querer, ayudar, colaborar, crear,
divagar, reír, colaborar, experimentar, criticar, participar, sentir, jugar, todas
ellas con sus respectivas consecuencias.
Da miedo, realmente que vaya a estudiar lo contrario de lo que uno
piensa, de lo que uno desea que fuera la sociedad. ¿Qué hacer entonces si el
sistema educativo no representa lo que uno desea?
mano en realidad si, una desición difícil cuando uno se plantea no seguir estudiando, he escuchado que en algunos paises esta la opción de estudiar en casa.
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