El Ministro de Gobernación, Héctor Bonilla, ordena en el
sitio de la protesta de los normalistas (adolescentes la mayoría) reprimir la
manifestación a golpes, rompiendo con ella una de la leyes que intenta proteger
a los niños, niñas y adolescentes (Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolecencia–Ley
PINA- artículos No. 4, 9, 11, 15, 17, 53, 137 entre otros) y nadie ha realizado
una debanda contra el ministro por estar presente y ordenarla, pisoteando las
leyes guatemaltecas que intentan poner orden en un caos social.
Esto es
un ejemplo de la impunidad que se maneja, es un ejemplo de la idea que este
gobierno tiene acerca de como se deben de manejar las protestas y las
manifestaciones sociales. Está claro,
desde antes, que era un gobierno que no venía a sentar la paz, a sentar un
orden social, si no un orden que a él se le antojaría, y el que se le antoja es
el que él dice o el que dicen las oligarquías, o las que dicen las mineras, o
las que dicen las empresas eléctricas.
No es un gobierno que desea escuchar, a pesar de que la mayoría está en
contra de algo.
Es un
ejemplo de la idea que tienen que tiene este gobierno acerca de las leyes de
este país: no le interesan y estará en todo momento pisoteándolas con el
objetivo de llevar sus ideas a la fuerza.
Raro en un militar.
Es un
ejemplo del desinterés que le tiene a la adolescencia, a la falta de interés
por el dialogo con lo jóvenes, la falta de interés por determinar qué es lo más
importante para las personas: para los niños, niñas y adolescentes. Esto
último también lo reafirma cuando vemos que en el presupuesto 2013 en educación
se ha reducido significativamente en lugar de aumentar para lograr un giro en
esta sociedad. (Claro que el aumento sí va para la cúpula militar)
El acto de reprimir a golpes a los
adolescentes fue un ejemplo de lo que el Ministro y el gobierno tienen en mente,
una mente militar: No escuchar, solo dar órdenes y estás tienen que ser obedecidas
sin ser cuestionadas. Como tendría que
suceder en una sociedad militarizada (como la que sueña el Presidente Otto
Pérez) y no en una sociedad que lucha por ser democrática real.
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