“…hay una sola cosa que realmente es importante…: es el amor que nosotros le podamos dar a los niños, si queremos una sociedad diferente lo único que realmente tenemos que hacer es amar a los niños, a que ellos aprendan a amar a otros. El conocimiento va a venir solo, los resultados del mundo vienen solos, pero un niño que no fue amado, difícilmente va aprender a amar.”
Pablo Lipnizky
Después de la llamada por teléfono me quedo pensando en la educación en Guatemala. Pienso en como muchas veces algunos maestros no desean ir más allá de lo que mal se enseñó el diversificado o en los maestros, que sí son capaces, pero con tan pocos recursos y con tantos niños esa capacidad se queda corta.
Me quedo pensando en la educación conductual que no pasa de moda en los colegios o escuelas. De como se idealiza como único método para lograr que los niños obedezcan o asistan (hay excepciones me consta), o la idea absurda de desarrollar a los niños y niñas como máquinas acumuladoras de conocimientos sin crítica. Pienso que la educación sería mejor si se preocuparan por el otro camino que no se han animado a caminar: desarrollar "seres humanos" con deseos de sentir empatía por los demás, de colaboración, de ayuda y acompañamiento.
Ahora en estos momentos me viene la frase de una psicóloga de Los juegos Metta que dio una capacitación y que decía (parafraseándola): “…en el juego la idea es que siempre haya un ganador…”; cuan absurdo ha sido eso, si desde que soy pequeño ha existido esa idea en el sistema educativo y ahora tenemos una sociedad que compite entre todos y no ayuda sin interés a los demás. No pasa de moda la triste idea de "solo dejando a un perdedor seremos mejores seres humanos".
Recuerdo que en segundo primaria entró la directora del colegio en donde yo estudiaba de forma sorpresiva a realizar un dictado para determinar si habíamos aprendido, principalmente a escribir. Tengo ideas borrosas de mi esfuerzo fútil y de la idea que había logrado el objetivo. Fue embalde todo ese esfuerzo porque cuando calificó la directora y me dijo frente a todos que mi escrito no estaba bien. Llore porque sí me había esforzado lo más que pude (pero eso no es válido en es sistema clásico educativo). Recuerdo a otra maestro que me dijo: “…en este año voy a lograr hacer que tengas buena letra… lo hice con MPB, cómo no lo voy a poder hacer contigo…”; siento que se llevó la decepción al finalizar el año, pero no comprendió mi esfuerzo y mi dolor por hacer sus "benditos" ovalos.
Vuelvo entonces, a la llamada por teléfono de la maestra preocupada por un parcial y la acción de escribir bien en preparatoria; regreso a la idea de que todos los juegos deben de ser competitivos y siempre debe de haber un ganador y al mismo tiempo un perdedor; regreso a la idea de desarrollar niños acumuladores de conocimiento capaces de recitar como robots los malos conocimientos impartidos por maestros que no leen (pero sí miran "La Rosa de Guadalupe"). Y miro mi sociedad comprendiendo los pasos que hemos dado entonces y en el porque nos hemos trasformado en lo que somos.
Por eso me gusta la frase de Pablo Lipnizky, porque realmente el conocimiento viene después de que enseñamos a amar a los niños y los maestros deberíamos de saber eso cada vez que entramos a nuestro salón de clase. Es más fácil educar jugando, cooperando y amando que condicionando materialmente, compitiendo desgarradoramente y repitiendo las lecciones de forma memorística sin sentido.
imagen: http://m1.paperblog.com/i/101/1013461/debate-sobre-deberes-o-el-sistema-L-r3ImJx.jpeg
imagen: http://m1.paperblog.com/i/101/1013461/debate-sobre-deberes-o-el-sistema-L-r3ImJx.jpeg
No hay comentarios:
Publicar un comentario