Estaba escribiendo sobre el
genocidio en Guatemala, sobre el juicio, sobre el CACIF y su propaganda
manipuladora. Estaba a punto de terminar
el escrito cuando leo algo en el muro de una amiga, habla de la paz interior
individual antes de la grupal, habla de dejar a las nuevas generaciones paz y
la capacidad de poder hablar nuestras contradicciones en armonía.
Y es que sucede que lo más
importante para dejarle a las nuevas generaciones es eso, es dejarles como
mínimo el inicio de una verdadera paz, no de una sociedad en revancha constante
y no una sociedad con intenciones de regresar al pasado; se trata de dejarle a
la sociedad nueva ese granito de esperanza para vivir en un territorio pacífico
y tolerante.
Para esto creo que debemos de
intentar hacer algunas cosas en Guatemala, una de ellas es saber que se
Juzgaron los actos de un hombre que en su momento hizo atrocidades a seres
humanos de todas las edades y que ese acto debemos de reconocerlo como
sociedad, saber que sucedió, conocer que ese acto vil deshumaniza a todos,
tanto víctima como a victimario, como al que participó indirectamente. Con esto también, debemos de comprender que
para ello el actor de dichos crímenes debe de asumir su responsabilidad y pagar
por sus actos y sus decisiones, sin juzgar sus ideas políticas, religiosas y
demás. Se espera juzgar sus actos y
asumir su responsabilidad, no se juzga al ser humano.
Otra acción que debemos de asumir
como guatemaltecos es aceptar lo que sucedió, que hubo muertos, masacres,
asesinatos y genocidio. Negarlo es
caminar por la senda de la enfermedad social y ese camino ya lo conocemos desde
hace mucho tiempo. Es momento que con humildad
aceptemos ese hecho tan degradante para todos, para evitar que suceda nuevamente
con cualquier otro grupo en Guatemala o cualquier otra parte del mundo.
Creo que este juicio nos da la
posibilidad de saber acerca esta barbarie en Guatemala (de otras muchas), de
reconocer nuestro pasado, de acercarnos a las víctimas y a los victimarios y
verlos como seres humanos. Las nuevas
generaciones tienen en sus manos la posibilidad de darse cuenta de lo sucedido,
pueden intentar rescatar ese pasado (no vivir en él) para tenerlo en la mente,
en el corazón para que nunca más se repita o evitar que suceda nuevamente con
cualquiera.
Es entonces importante reconocerlo
aunque nos enfurezca y nos entristezca, aunque nos cause asco y nos cause
remordimiento que nuestros antepasados estuvieron involucrados en estos
actos. Todo esto nos da la posibilidad
de dejar ese camino de paz a las nuevas generaciones que tienen el derecho y que
ahora tienen esa posibilidad posiblemente más cerca que nunca.
Tenemos que tener valor para
aceptar con humildad nuestros hechos históricos.
imagen: http://www.zazzle.com/signo_de_la_paz_de_moda_de_guatemala_con_el_mapa_g_tarjeta_postal-239334208717365816?lang=es
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