martes, 14 de mayo de 2013

Del Genocidio a la Paz



     Estaba escribiendo sobre el genocidio en Guatemala, sobre el juicio, sobre el CACIF y su propaganda manipuladora.  Estaba a punto de terminar el escrito cuando leo algo en el muro de una amiga, habla de la paz interior individual antes de la grupal, habla de dejar a las nuevas generaciones paz y la capacidad de poder hablar nuestras contradicciones en armonía.

     Y es que sucede que lo más importante para dejarle a las nuevas generaciones es eso, es dejarles como mínimo el inicio de una verdadera paz, no de una sociedad en revancha constante y no una sociedad con intenciones de regresar al pasado; se trata de dejarle a la sociedad nueva ese granito de esperanza para vivir en un territorio pacífico y tolerante.

     Para esto creo que debemos de intentar hacer algunas cosas en Guatemala, una de ellas es saber que se Juzgaron los actos de un hombre que en su momento hizo atrocidades a seres humanos de todas las edades y que ese acto debemos de reconocerlo como sociedad, saber que sucedió, conocer que ese acto vil deshumaniza a todos, tanto víctima como a victimario, como al que participó indirectamente.  Con esto también, debemos de comprender que para ello el actor de dichos crímenes debe de asumir su responsabilidad y pagar por sus actos y sus decisiones, sin juzgar sus ideas políticas, religiosas y demás.  Se espera juzgar sus actos y asumir su responsabilidad, no se juzga al ser humano.

     Otra acción que debemos de asumir como guatemaltecos es aceptar lo que sucedió, que hubo muertos, masacres, asesinatos y genocidio.  Negarlo es caminar por la senda de la enfermedad social y ese camino ya lo conocemos desde hace mucho tiempo.   Es momento que con humildad aceptemos ese hecho tan degradante para todos, para evitar que suceda nuevamente con cualquier otro grupo en Guatemala o cualquier otra parte del mundo.

     Creo que este juicio nos da la posibilidad de saber acerca esta barbarie en Guatemala (de otras muchas), de reconocer nuestro pasado, de acercarnos a las víctimas y a los victimarios y verlos como seres humanos.  Las nuevas generaciones tienen en sus manos la posibilidad de darse cuenta de lo sucedido, pueden intentar rescatar ese pasado (no vivir en él) para tenerlo en la mente, en el corazón para que nunca más se repita o evitar que suceda nuevamente con cualquiera.

     Es entonces importante reconocerlo aunque nos enfurezca y nos entristezca, aunque nos cause asco y nos cause remordimiento que nuestros antepasados estuvieron involucrados en estos actos.  Todo esto nos da la posibilidad de dejar ese camino de paz a las nuevas generaciones que tienen el derecho y que ahora tienen esa posibilidad posiblemente más cerca que nunca.
     
      Tenemos que tener valor para aceptar con humildad nuestros hechos históricos.


imagen: http://www.zazzle.com/signo_de_la_paz_de_moda_de_guatemala_con_el_mapa_g_tarjeta_postal-239334208717365816?lang=es

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