martes, 22 de julio de 2014

Del Holocausto hacía los Judíos al Holocausto hacía los Palestinos

Hay una cita de Nietzsche que siempre mantengo en mi mente: “Todo aquel que luche contra monstruos, ha de procurar de que al hacerlo no se convierta en otro monstruo.”  Lo curioso es que muchas personas que entran en un mundo de lucha con los monstruos sociales no la tienen o la olvida y se transforman en uno igual o peor.
Este es el caso de Israel que después de sobrevivir al holocausto nazi, en donde no solo asesinaron a judíos sino también a gitanos, homosexuales, comunistas y otras personas más, inició a transformarse en el mismo monstruo que lo torturo e intentó desaparecer del mundo.  Ahora él (Israel) es quién envía bombas para destruir a otro pueblo, ahora es él quien enclaustra como campo de concentración nazi a los palestinos.  Así que el pueblo sufrido por años se logró identificar con su mayor torturador y ahora para sentirse grande entre los demás, para que pueda ser visto y temido se transforma en un monstruo.
Podría decir que es un claro ejemplo de la “identificación con el agresor” o podríamos decir que es la desintegración interna de una psicología social. Dejaron de ser los oprimidos y en su incapacidad de poder integrar los dos polos (oprimido y opresor) se desintegra tomando el rumbo de su agresor, deshumanizándose por completo, dejando a un lado la humanidad que puede darle y que conoce muy bien el oprimido.
Freire (Pedagogía del Oprimido, s/f) refiere que solo el oprimido puede liberar al opresor y a la sociedad, pero para ello es importante que se dé cuenta que en sí mismo vive el oprimido y opresor.  Solo así puede liberarse y liberar al otro.  La situación es que la liberación ya no depende de Israel en estos momentos, sino de Palestina al ser ella la oprimida.
Lastimosamente el primero tuvo la oportunidad de lograr su liberación y realizar un cambio profundamente, no solo a su pueblo como comunidad judía sino como el país que se encuentra en Medio Oriente.  Al haber salido de un proceso histórico doloroso su trabajo era intentar transformarse en un pueblo libre, su decisión fue la contraria, ser un pueblo o una nación identificada completamente con el agresor que hizo lo mismo con ellos.  Es un claro ejemplo de la internalización del opresor, del encontrarse con la objetivación de los oprimidos y de sí mismo, de la deshumanización.  Es el adentrarse a la oscuridad olvidándose de la luz.
Ahora es el momento de Palestina, es ella la única que podrá liberar tanto a su opresor Israel como a ella misma.  En estos momentos ella es quién tiene una oportunidad dolorosa e ingrata para los que viven (niños, ancianos, mujeres) de lograr la liberación de las dos naciones, así como la tuvo Israel después del holocausto.  Solo que tendrá que tener cuidado que al momento de luchar por la liberación no se trasforme en el monstruo que es ahora Israel.

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