Desde hace cuatro (ahora 5) elecciones he visto la gran publicidad por todas partes, proponiendo a una persona para representarnos y solucionar la problemática socioeconómica de Guatemala. Desafortunadamente nunca he percibido un cambio real y concreto del progreso en todas las áreas que favorezcan a la mayoría. Desde que tengo conciencia, la situación socioeconómica ha sido la misma con un porcentaje que no ha variado: Una población hundida en la pobreza y pobreza extrema (actualmente en un 51% según el Instituto de Nacional de Estadística, INE). La población infantil menor de 5 años desnutrida en porcentajes que dan vergüenza (48.7%), la canasta básica hasta las nubes en comparación de los ingresos de esta población, el analfabetismo tiene la misma cara que la pobreza y la violencia subiendo tan rápido que a nadie le da tiempo a adaptarse a ese flagelo llegando a ser uno de los países más violento de Latinoamérica. Tal vez ha mejorado el PIB, pero lo curioso es que el porcentaje de pobres y ricos es constante, eso quiere decir que los beneficios de ese crecimiento económico es solo para un mínimo porcentaje de la población entre tanto el restante se tiene que revolcar en el estiércol de la pobreza.
Pero a que viene toda esta explicación para defender mi postura al abstencionismo, es sencillo, he aprendido que todos los políticos actuales siguen siendo la misma cosa (digo “cosa” por que no puedo describir como “personas” ha estos parasito que se alimentan de nosotros, como lo hizo Vinicio Cerezo, Portillo, Serrano Elías, etc.), con los mismos ofrecimientos sin ningún tipo de plan concreto, las mismas conexiones con el narcotráfico, crimen organizado, etc…. Viendo este panorama, para mi, no vale la pena sufragar ni por “el menos peor” dirían algunos amigos.
Mi abstencionismo (ahora voto nulo para evitar que mi papeleta sea utilizada para otros fines corruptos) es una protesta por la falta de candidatos adecuados y la impunidad que disfrutan y ganan estos parásitos cuando se encuentran en estos puestos, y que hacen lo que se les viene en gana sin respeto a la población que los ha elegido.
Mientras los sucesos sean iguales siempre, no tengo la mayor intención de hacerlo, a menos que en el futuro la ley me obligue y me sancione por ello o cuando exista una persona que me garantice que en sus cuatro años mejore la situación socioeconómica de la nación.
Ahora vendrán algunos y me dirán: “vota por el menos peor”… pero prefiero abstenerme antes de darle mi visto bueno para que continúen postulando a la escoria política durante todos los siguientes períodos, si lo hiciera les estaría dando luz verde para ello y yo deseo cambios concretos para nuestra situación, no deseo la continuidad.
También alguno, si no es que todos los que van a votar o votaron, dirán “…entonces no vayas a alegar después…” y yo preguntó “y ¿por qué no?”, si dentro de mi derecho está el poder expresar mi disconformidad con estos parásitos. Estoy y estaría ejerciendo mi derecho a escoger dos caminos (votar o no (o votar nulo)) sin que dicha escogencia vete mi derecho a expresar mi constante desilusión ante las malas acciones de los gobernantes en turno.
Felipe Bagur 7/9/2007
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Ahora, 4 años después de haber escrito lo anterior que agregaría a estas elecciones nuevamente, aparte de lo encerrado en paréntesis, cursiva, negrilla y subrayado, pues esto:
Tengo una gran desilusión permanente en este proceso vendido y “armado” por los que tienen el dinero desde hace 500 años, hay una permanente amargura.
Pero después de varias discusiones virtuales me he dado cuenta que algo más, la prensa y los organismos estatales nos venden está idea de las elecciones como único camino para que una democracia ande, cuando realmente la democracia debería de pensarse como una participación constante en las comunidades rurales y urbanas, hablando, exigiendo, criticando, proponiendo, fiscalizando y como dijo un amigo pagando los impuestos.
Con ninguna elección a presidente va existir cambio alguno si no hay un involucramiento directo de los ciudadanos en sus procesos sociales comunales, solo así podremos empezar a ver los cambios y a vivir en una real democracia.
Felipe Bagur 30/08/2011
MI QUERIDO PIPO:
ResponderEliminarpor definición parásito se define cono el ser vivo que vive a expensas de otro, sino los biólogos denominan relación simbiotica, cuando uno aporta algo al otro, y viceversa; es decir si estas dentro de un sistema: bueno o malo; y no se aportan cosas concretas, no solo opinión, cosas concretas, a mi parecer se vive a expensas de este, por un lado, puedo yo opinar en la asociación pro consumo de santiago (nombre ficticio) si no participo dentro de, no mantengo la sotenibilidad, no soy parte de las reglas de esta organización, pues dentro de un populismo, cualquiera diria que si, pero otro ejemplo, puedo yo opinar y votar dentro de tu familia, a donde ir como gastar la plata, como organizar la decoración, etc. ..........hummmmmmm. obligación generan derechos, y derechos obligaciones, eso me dijeron que era ético, de repente estoy equivocado. si acepto que la mayoría de veces no hay de donde elegir, pero entonces que propuesta hacemos,
Bueno... en relación al parasito, este no tiene una relacion simbiotica porque normalmente se satisface él únicamente sin que exista benefio para el sujeto en donde vive (http://es.wikipedia.org/wiki/Parasito) y la simbiosis puedes verlo en este enlace (http://es.wikipedia.org/wiki/Simbiosis) la utilización de parasito era analogía para explicar la vida de los políticos. A parte te dejo estos enlaces de dos escritores guatemaltecos que explican mejor esto del voto nulo de otra forma: este de Maurice Echeverrìa http://www.elperiodico.com.gt/es/20110901/lacolumna/200305/ y este otro de Raúl de la Horra (escritor, mago y psicólogo) http://www.elperiodico.com.gt/es/20110402/lacolumna/193504
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